Reflexiones sobre la película “No miren arriba”, desde la perspectiva de la Ecopsicología.
Atención Spoiler, este artículo es para leerlo después de haber visto la película.
Después de asentar un poco y revisitar la película, quiero plasmar algunas ideas que puedo leer en el poso que me ha dejado su intenso y sutil humor.
Uno de los aciertos más bien realizados de este retrato de nuestro mundo, es que ha podido captar con bastante profundidad, y de forma tragicómica, los sentimientos de los miles de activistas climáticos que llevamos años denunciando y actuando frente al problema ecológico.
Lo primero, agradezco enormemente los momentos "Attenborougth" que nos reconectan con nuestro amor natural por la Vida y Nuestro Planeta y también los momentos "Sagan" que nos conectan con la inmensidad del Cosmos.
Quizás el momento de más alegría, paradójicamente, es cuando aparece el cometa en el cielo, como si del retorno de la luz de la navidad se tratara, se hace evidente el apocalipsis y caen todos los velos, lo peor se acerca pero ya es evidente. La alegría trágica de poder de mirar directamente a lo aterrador, honrarlo y reconocerlo, como cuando contemplamos el poder de los volcanes. La emergencia climática ha sido por fin declarada, y lo sabe todo el mundo. Bueno, cualquier persona...que no esté estancada en la fase de negación del duelo...
Otro de los momentos cumbre es cuando la protagonista pierde los nervios en televisión con la expresión “VAMOS A MORIR TODOS!!!” seguramente para personas que llevamos años en el activismo ese momento nos causa vergüenza, es ese momento de reacción al que nunca queremos llegar, y tanto es así que se muestra el efecto de “la loca de la muerte, o de remate...”...pero, justo me cayó la ficha con la película, porque ese grito, es un grito extremo que todas llevamos dentro y tratamos de expresarlo civilizadamente, y obviamente es un grito que lo que dice en realidad es que “tenemos que hacer algo ya!, ahora! Para evitarlo!”. Y así, como después explica Dicaprio también maravillosamente, poder diferenciar la subida de tono de pasión y asertividad, de lo que sería la falta de respeto. Algo que muchas veces se confunde en un mundo plano donde es difícil sostener la emoción auténtica llena de pasión y compromiso. Y así, remitiéndonos a los pioneros de la ecopsicologia (Joanna Macy, Hans Jonas, Thích Nhất Hạnh, Leonardo Boff...). Y también recordando el documental 10.000 millones, donde expresa claramente la metáfora del asteroide, que seguramente ha sido inspiración para esta película, como puede haberlo sido también Melancholia de Lars Von Trier.
Otro de los aspectos significativos de la película tiene mucho que ver con lo que Joanna Macy llama los 3 Relatos de Nuestro Tiempo, y como conviven simultáneamente. Algo que en la película se muestra de forma magistral en diversas escenas, con esas pausas dramáticas de absurda incomprensión vital, con esas “realidades paralelas”, con esa crítica a la sociedad del espectáculo que vivimos. Así El Todo como de Costumbre, esa normalidad negacionista, convive con el discurso (y el miedo) al gran desmoronamiento y con el discurso y las acciones del Gran Giro (para cambiar desde la Esperanza Activa), y todos conviven a la vez, en todos, pero en algunos más que en otros. Es paradigmática la frase del jarabe con humor entra mejor, pero parece que el personaje se acaba confundiendo en su propio sarcasmo y no puede reconocer la realidad y abrazar la sombra de las emociones negativas, honrando el dolor. Quizás el miedo o el problema justamente de denunciar la situación que comentábamos anteriormente del “Vamos a morir todos!” es confundir la actitud del gran desmoronamiento con la del Gran Giro, o sea, que alguien pesimista o simplemente pasota, proyecte su inacción con frutos irremediablemente catastrofistas, encima de alguien que avisa simplemente para poder cambiar las cosas positivamente.
Solamente apuntar, pero no entraré en el análisis de las relaciones público-privadas ni en las púbico-privadas tampoco, de quien se acuesta con quien, y de las confianzas y desconfianzas mutuas polarizantes, entre los diversos actores, sectores y normas sociales,...Solo citar algunas Ecotopias o Utopias divergentes que se sueñan actualmente, desde el Novoceno de Lovelock, similar al mundo Silicon Valley que nos muestra la película y quizás distinto al Ecozoico soñado por Berry, o otros planteamientos postantropocentristas, que reconozcan derechos a la naturaleza... ¿Hay alguna forma humana de integrar tecnología y naturaleza, o mejor dicho, tecnología y biofilia, o progreso y supervivencia? NO con los recursos finitos, por ello la minería espacial, pero ¿el planeta lo podrá soportar? . En definitiva es una película que explora los límites del crecimiento y como el ser humano puede llegar a autodestruirse por pura avaricia, soberbia...
Es evidente que otro de los momentos de alegre satisfacción de alivio y descanso para los activistas, es cuando los políticos parecen responder, pero ya se sabe de como lo privado puede llegar a afectar e interferir en los intereses públicos. Por eso, es importante un buen espació de opinión pública, crítica, e informada. Y en lo que a la ciencia se refiere, queda claro que la revisión a pares, la comunidad y el consenso es la mejor vacuna para evitar iluminismos individualistas o neo-mesiánicos de pequeños gropúsculos anti-el-resto-del-mundo que quizás están tratando de mejorarlo, o llevarlo al caos, a su manera única, en contra de todos los demás por sus propios intereses ( tecnológico, político, cultural...) eso lo dejaría para otros análisis más ecopolíticos ...
Lo más extraordinario de la película es el final, ese tremendo final, con esa calma, esa normalidad, ese bañarse en el eterno presente del momento, de la sencillez, del ágape de la última cena, donde, después de haber hecho todo lo humanamente posible, se puede descansar con la consciencia completamente tranquila, quizás en el único sano y útil sentido del negacionismo, que ya no es resignación sino una profunda aceptación y agradecimiento, después de haber podido atravesar el duelo climático. Y así, sin miedo (o al menos sin pánico), sin necesidad de hacer nada extraordinario o loco, sin prisas, solamente estando, compartiendo...se aguarda a lo inevitable...
Pero...como aun podemos evitar lo peor de lo peor, como todavía podemos evitar que "Todo hombre, mujer y niño de este planeta vaya a morir", y en definitiva que desaparezcamos la mayoría sino todas las especies de la tierra ante lo que podrían ser los peores escenarios ya anunciados de conflictos para la generación Z... entonces, vamos a actuar hacia una sociedad ecológica de una p,,. vez!!!, YA?
Todo es imposible, hasta que se consigue...;-)
Nota para frikys de la filosofía,
¿te has fijado en el nombre de la productora de la película?
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