Imagen de Tabble en Pixabay
"El estupendo grito de la rugiente pena, serena,
como la rabia de amar, alegría...como un asalto de felicidad..."
Alegria.
Cirque du Soleil
Cuando me sumerjo en los maravillosos documentales con David Attenborough, como por ejemplo Nuestro Planeta, o Dinastías...se abre una ventana a la contemplación de las maravillas de la vida.
Obviamente, ser parte de la inmersión directa de una fusión con el bosque, es otro tipo de experiencia, y establecer una relación directa con la tierra, haciendo florecer sus aromas como ofrenda a las abejas, plantando nutrientes, o sembrando árboles (esparciendo las semillas de las frutas que comemos)… tienen ya un sentido regenerativo profundo.
De todas maneras, también el descubrir y contemplar la amplitud del mundo animal, del mundo vegetal...sus increíbles e inimaginables recursos… tan y tan cercanos a nosotros…
Por ello cuanto más conozco el planeta en el que habito, la vida misma, más soy capaz de amarla, y más estoy dispuesto a dedicar mi tiempo, energía, pensamiento, palabra y acciones...a cuidarla...algo complejo en mi estatus actual de occidental urbano. Pero justamente como tal, y por estar todavía por encima del umbral de la vulnerabilidad social, tengo esa `profunda responsabilidad, la responsabilidad de escuchar y defender a los que ya están sufriendo, por estar en la frontera del colapso actual...el mediterráneo...como vida marina, y como fracaso del capitalismo que se ahoga sin rescate...colapso que va inflándose como un globo y que si no lo frenamos puede afectar a todos los sistemas complejos de vida en la tierra.
En estos momentos el mundo animal está sufriendo mucho también, los ecosistemas, selvas de millones de años son substituidas por el aceite de palma de los productos procesados...culturas humanas y no humanas, formas de vida conscientes, equilibrios de una excelencia sublime son minusvalorados por la ambición insaciable y las distracciones banales...la creación y la creatividad que se encuentran en Nuestro Planeta, son dignas de ser reverenciadas como obras maestras de (la) vida…
Como (los) indígenas guardianes de la tierra, es vital encontrar esa relación armónica con esa naturaleza que somos. Observando... como me relaciono con la tierra? Como red de sistemas vivos, y también en cada una de sus expresiones, como aspectos de la vida misma...
Tener presente la tierra viva, y por quienes estoy actuando... me da fuerza, sentido, propósito, y sentimiento para atravesar las tormentas de las previsiones climáticas, los datos científicos ya evidentes...y las 200 especies que desaparecen cada día, representantes de la expresión del viento de la vida, animales hacinados que se despeñan de las montañas, muriendo de sed, de hambre, de contaminación...criaturas de una enorme dulzura como el Albatros, muriendo de plástico...y no voy a seguir, la lista seria demasiado larga…y los campos de refugiados...
Nos quedan menos de 11 años para que entre todos los actores sociales, se pueda revertir la inercia, pero cada día que pasa el dolor se agudiza, y cada vez estamos más cerca del umbral de la vulnerabilidad...Pero, también cada día que pasa tenemos más consciencia ecológica, se hace más presente y se toman más medidas de transición, en nuestros hábitos, colectivamente y políticamente.
Actuemos, defendamos la naturaleza y dejemos de consumir la tierra...cambiemos, cambiemos y cambiemos, no importa que aun no lo hayamos hecho, cada día se pueden cambiar cosas, aprender nuevas formas de apoyar esta regeneración social, aprender, compartir, cocrear, cooperar, desde la tierra…
la vida lo merece…